13 Jun La siguiente re-evolución Industrial
Uno de los grandes retos a los que se enfrenta la industria española es aprovechar las oportunidades que ofrece la denominada “Cuarta re-evolución Industrial”, caracterizada por la digitalización, haciendo un uso intensivo de las tecnologías de información, comunicaciones e industriales. Plantas inteligentes y sostenibles, productos y servicios personalizados, cadenas de producción adaptables a las necesidades. La natural resistencia al cambio que se acentúa por el choque generacional en cultura digital, las menores inversiones en I+D en comparación con otros países de nuestro entorno, y la falta de competencias digitales en los profesionales, son las principales dificultades en el proceso de transformación digital del sector industrial.
El Observatorio Industria 4.0 en España está constituido por 60 Miembros de número, profesionales de la práctica totalidad de sectores Industriales en España. Foro de intercambio de ideas y experiencias, neutral respecto a las tecnologías o las soluciones, y atento a los nuevos desarrollos, estándares, regulaciones, y mejores prácticas, con ánimo de enriquecer los procesos de toma de decisiones en este ámbito. Es objetivo del Observatorio constituir un marco permanente para el debate, la formación, la difusión de información, la investigación y la emisión de opinión en materia de la Industria 4.0. Según datos del Observatorio, la aplicación de tecnologías de Internet de las cosas, a la interconexión de activos de todo tipo en las industrias en España está posibilitando hoy, en base a datos del Observatorio, mejoras de la productividad en el orden del 30%, gracias a incrementos de la disponibilidad, y la eliminación de prácticas fraudulentas en gestión de activos y personas, e incrementos de la eficiencia operativa en un 82%, a través de las tecnologías de Big Data y analítica avanzada, con una especial incidencia en las actividades de operación y mantenimiento.
En el año 2015 en España ocurrieron 529.248 accidentes de trabajo con baja; El 86,5% se produjo durante la jornada laboral (458.023 accidentes de trabajo con baja en jornada de trabajo) y el 13,5% restante en el trayecto del domicilio al centro de trabajo o viceversa (71.225 accidentes de trabajo con baja in itínere). La utilización de dispositivos vestibles (wearables) permiten monitorizar al trabajador en el momento que va a realizar una determinada tarea que conlleva un riesgo, mitigándolo, con el consiguiente impacto en la reducción de los índices de frecuencia y de gravedad. La disminución de los índices de gravedad de accidentes observados, oscila entre 10 y 15%, mediante señalización y control digital de zonas de riesgo, aisladas o no suficientemente protegidas. A pesar de ello, existe todavía una resistencia a la utilización de estos dispositivos en España, al confundirse monitorización con control. Grandes empresas de ingeniería españolas los emplean en otras geografías, en trabajos de alto riego y siniestralidad, habiendo reducido notablemente el número de accidentes de trabajadores.
Los costes laborales industriales no nos permiten competir sólo en base a este rubro con países como China. Los países asiáticos son tradicionalmente los mayores competidores globales en coste laboral. Sin embargo, las recientes subidas salariales hacen que ya no sea tan competitivos por esta razón como hace unos años. Los incrementos de los salarios en China, que en el sector manufacturero han crecido un 364% entre 2004 y 2014, están facilitando que algunas empresas industriales estén trayendo su producción de vuelta a España, aunque se trata por el momento de algo incipiente. En cuanto a la productividad, España se sitúa en la media europea, con 53.000 euros anuales de VAB generados por cada trabajador industrial manufacturero. Países con costes laborales inferiores a los de España también presentan grados de productividad menores. La industria española es relevante tanto en el ámbito nacional como en el internacional, en un contexto de globalización, con el auge de países emergentes cuyos costes laborales son menores, y ha sabido, desde hace tiempo, identificar y desarrollar unas ventajas competitivas diferenciales basadas en otras palancas, tales como la innovación, la internacionalización, y el desarrollo de las personas.
Siendo el coste laboral un factor competitivo importante, la industria conectada 4.0 facilita identificar ventajas competitivas diferenciales basadas en otros elementos permitiendo combinar flexibilidad y eficiencia en los medios productivos, gestionar tamaños de series y tiempos de respuesta más cortos, usar métodos colaborativos para potenciar la innovación, adoptar modelos logísticos inteligentes, aprovechar la información para anticipar las necesidades del cliente o gestionar la trazabilidad extremo a extremo. De hecho, el objetivo de desarrollar ventajas competitivas distintas a la del coste laboral bajo, ha sido el principal motivo por el que Alemania, el país precursor de la Industria 4.0, ha iniciado este camino con el fin de garantizar el futuro de su industria mediante la innovación. El impacto de la digitalización de la industria en la economía alemana en 2020 se estima en un incremento de la productividad equivalente a 90.000-150.000 millones de euros, un incremento de los ingresos de 30.000 millones de euros anuales, y un crecimiento del empleo del 6%.
En relación con la seguridad, uno de los riesgos que se presentan en la industria conectada, los sistemas de ataque están siendo modificados constantemente. La transformación de los ataques está permitiendo que, con combinación de técnicas físicas, lógicas y de engaños a las personas, se logren accesos a los diferentes anillos de seguridad de la empresa, difícilmente detectables. La atención limitada a la seguridad es un problema en muchas organizaciones porque no se trata con la debida diligencia. Se piensa que no da beneficios y no se establece como una prioridad. Sin embargo, está demostrado que es mucho más costoso comenzar a prepararse, una vez que se ha sufrido las consecuencias de un problema de Seguridad. Existe una diferencia patente entre el estado del arte de la Ciberseguridad Industrial entre distintos países. Europa está entre 5 y 10 años por detrás de EEUU en la implantación de controles de Ciberseguridad Industrial, y países como España se encuentran más de un lustro por detrás de otros países europeos como Holanda o el Reino Unido. Es necesario tapar todas las brechas del enorme perímetro digital de la empresa, y no olvidemos que la delincuencia está organizada y genera enormes beneficios. En el ejercicio 2016, el Instituto Nacional de Ciberseguridad registró más de 400 ataques a infraestructuras críticas en España, un 43% más que en el ejercicio precedente. Una amenaza que no cesa.
En la actualidad se presenta una demanda creciente de profesionales formados y preparados en las tecnologías habilitadoras de la industria conectada 4.0. Profesionales que conjuguen conocimientos sólidos en lo que se denominan competencias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), con conocimientos digitales y habilidades profesionales de comunicación verbal y escrita, trabajo en equipo, flexibilidad y dominio de idiomas. Según datos de la Comisión Europea, en la actualidad mas del 40% de las empresas en Europa que buscan profesionales con estos perfiles tienen dificultades para encontrarlos. Para atender esta demanda, y a través de la iniciativa Digital Skills and Jobs Coalition, de la que el Observatorio Industria 4.0, va a lanzar en diciembre del presenta año 2017 un programa piloto dirigido a 6.000 estudiantes y graduados STEM recientes, para practices en empresas europeas en el period 2018 a 2020.
La colaboración estrecha entre Empresas y Universidades es hoy mas que nunca clave para atender esta necesidad. El ejemplo de la nueva Cátedra de Industria Conectada de la Universidad Comillas ICAI-ICADE es un buen ejemplo de cooperación entre diez empresas industriales y tecnológicas, con la Escuela de Ingeniería del ICAI con el doble objetivo de compartir experiencias reales, y formar y actualizar a los profesionales y nuevos perfiles.
Conclusiones
El desarrollo del paradigma de la industria 4.0, en la re-evolución industrial en la que estamos inmersos representa una gran oportunidad para la industria española, y de hecho se están estrechando las colaboraciones entre los actores relevantes de los sectores industriales y tecnológicos, para garantizar la adecuación de las tecnologías a las necesidades reales de la industria. Es evidente que existen elementos que pueden dificultar la competitividad de España, como son los costes de energía, más elevados que en países vecinos, la relativamente baja inversión en I+D+i, o la obsolescencia de los medios productivos, siendo también necesario trabajar de manera continua la estandarización y adaptar el marco regulatorio y legal para alcanzar todos aquellos aspectos novedosos que la digitalización plantea. Sin embargo, la posición geográfica de España y sus buenas infraestructuras de transporte, y la presencia de empresas tractores líderes mundiales en sus sectores y referentes en industria conectada e inteligente, constituyen una base sólida para el correcto desarrollo de la industria española bajo este paradigma.
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